En realidad se trató de un descuido que Narciso se precipitara al agua, seguramente estaba siguiendo un pez de color. Y es que una persona que ame demasiado su rostro, no podría verlo reflejado. Por empezar que esta al revés. Esto significa que de ninguna manera se podría observar como al natural, y ni hablar que si es mí rostro el que amo seria una injusticia compararlo con aquel que lo imita en esa superficie de vidrio espejada. Ese que es otro rostro y obviamente si es otro, es inferior.
El narcisismo señores se trata de confianza ciega en mi rostro, en mi apariencia. Nadie podrá jamás decirnos si es bello o detestable, lo cierto es que es nuestro y debemos confiar en nuestra intuición. Así es (y me gustaría enfatizarlo) no somos narcisistas los que nos miramos constantemente en el espejo, simplemente somos inseguros que se bastan del apoyo de un reflejo infiel.
Yo en particular, me preocuparía por quien no se fija en su apariencia.
Somos como la piel muerta, por más que intentemos taparla, al final, siempre saldrá nuestro verdadero yo, con más defectos que virtudes pero al pelo y natural.
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